Es muy importante que el chupete que utilice el bebé esté siempre en unas condiciones óptimas y que se mantengan unos hábitos correctos de higiene del mismo.
Hay que tener en cuenta que, con el uso y el paso del tiempo, los chupetes se van deteriorando. Por este motivo, es imprescindible revisarlos con frecuencia y sustituirlos cuando sea necesario. Los chupetes pueden desgastarse por muchos factores, tales como los cambios de temperatura, la humedad, los mordiscos, los movimientos de succión, el día a día, etc. También es importante saber que la duración del chupete en condiciones óptimas dependerá del material de su composición, látex o silicona.
Asimismo, hay que procurar que el chupete no se deforme y que no pierda su forma esencial. Lo ideal sería tener varios chupetes, para poder sustituirlos en caso de que se caigan al suelo o se pierdan, y, dependiendo de la frecuencia del uso, cambiarlos cada uno o dos meses.
Los chupetes con tetinas de silicona, material sintético transparente, ofrecen múltiples ventajas. La silicona es tan suave como el látex, pero con todas las ventajas de la silicona.
Con este material se consigue que la sensación que el niño tiene en el paladar sea muy agradable, suave y natural, y se reduce la presión en las zonas sensibles de la boca del bebé (paladar, mandíbula…).
La silicona es transparente, higiénica, insípida e inodora, pero algo más rígida y menos flexible que el látex natural.
La silicona no absorbe sabores ni olores. Este factor supone que sean especialmente recomendados en bebes recién nacidos. – Las tetinas de este material resisten muy bien las altas temperaturas y son más fáciles de limpiar. La luz solar directa y la grasa no desgastan la tetina.
Este material no se deforma con el tiempo y, por eso, se desgastan con menos facilidad.